Lo que se dice en estas páginas destinadas a la memoria fue escrito por la sabia y vieja mano de Aresius de Elgard, testigo antes que Dios de otra increíble hazaña épica. Les contaré sobre el bravo guerrero de Loregard, el hijo del hielo sagrado, y su búsqueda de la legendaria Espada Esmeralda, la poderosa arma de fuerza positiva, que decide el destino de las guerras y asegura la paz, la última esperanza para la salvación de las tierras encantadas... Como muchos de ustedes ya saben, esta fantástica arma está escondida más allá de los Portales de Marfil ubicados en algún lugar en las tierras del Caos, y para abrir estos mágicos portales el héroe necesita primero encontrar las tres mágicas Llaves de la Sabiduría...
Las Tres Llaves de la Sabiduría:
Y el tiempo ha llegado... A la primera luz del amanecer ya estábamos lejos de la verde Elgard, y pronto aparecieron las polvorientas colinas donde el viejo enano vivió junto con el secreto de las llaves. El desafío pronto empezó... el desafío entre el guerrero y sus más profundos miedos, reflejados en el mágico 'Espejo de las Sombras'. Pero en el final, gracias a su integridad moral, pudo derrotar el riesgo de la locura, obteniendo así el deseado premio: la Primera Llave de la Sabiduría y con ella todas las pistas para continuar su increíble búsqueda.
Un segundo y más exigente desafío aguardaba al guerrero: el encuentro con Tharos, el sangriento dragón guardián de la segunda llave, escondido en alguna parte de los pantanos del Caos. La lucha fue terrible, pero al final prevaleció el poder del héroe de las tierras del norte por sobre la agilidad del enemigo. El guerrero tuvo la oportunidad de herir mortalmente al dragón caído pero no lo hizo, y sucedió lo increíble... ¡todo se aclaró en ese instante! Tharos estaba bajo un hechizo y finalmente éste fue quebrado.
Por un largo tiempo estuvo condenado a luchar contra los valientes caballeros que buscaban la segunda llave... algunas veces los mataba, otras moría él... pero esta vez todo fue diferente. El guerrero que tenía ante él le perdonó la vida y Tharos entendió que era el elegido... la profecía había dicho la verdad, y Tharos podía finalmente abrir sus alas para alcanzar el horizonte más lejano. Pero antes de hacerlo, dio la segunda llave al hijo del hielo y le dijo que debía llegar al altar místico que contenía el secreto de Ikaren, situado en el límite entre los bosques medios y el lado sur de las tierras del Caos. Allí podría encontrar la última llave necesaria para abrir las Puertas de Marfil...
La leyenda de Ikaren:
La leyenda de Ikaren era conocida por todos en las tierras encantadas: era un objeto mágico que, insertado en una grieta del altar, mostraría la dirección a seguir para llegar a las puertas sagradas... Después de cruzar los valles olvidados finalmente llegamos a los bosques medios y luego al desierto del Caos... y pronto el polvoriento altar hizo su aparición. Pero cuando estuvimos allí, no encontramos inmediatamente las respuestas que estábamos buscando... y cuando todo parecía perdido, los cielos nos ayudaron...
Las dos llaves de la sabiduría cayeron de las manos del guerrero y quedaron en el suelo en una posición particular... y él finalmente entendió: una de las llaves podía unirse con la otra y el objeto resultante era el místico Ikaren. Finalmente, el secreto de los Antiguos fue revelado. El guerrero insertó inmediatamente el objeto en la grieta del altar y pronto, con la ayuda de la luz del amanecer, ocurrió el milagro... Tres dragones de piedra rodearon el altar, y cuando el sol brilló en sus ojos un rayo de luz que salía de ellos iluminó el Ikaren en el altar creando una increíble pantalla de luz... Espejos ocultos desviaron el rayo de sol al menos cinco veces, hasta posarlo en un lugar entre algunas de las muchas rocas que nos rodeaban. Sentimos que nuestra meta estaba realmente cerca, pero nadie podía imaginar lo que pasaría...
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