Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio. (Federico Garcia Lorca)

PÓSTUMA


Empece a nacer cuando me di cuenta que ya había muerto…
Mi voz verdadera había nacido sin tinta ni sonido,
ahora soy una sombra que me mira de reojo,
con vestigios de esa criatura tremula
de parpados vacios.
Y ahora arrastro mi manojo de muertes
Con una sonrisa descosida…


Palabras...


Cuando hablo mi alma calla…
Un sentimiento no cabe en una palabra, todo animal siente, solo algunos optaron por hablar, la garganta engendró el simbolo, la ambiguedad, la subjetividad, la incertidumbre y la discordia, nos comunicamos pero estamos lejos de entendernos…
Las palabras enfocan, no ven,
las palabras trazan, no observan,
las palabras apuntan, no escuchan,
las palabras son ventanas, no puertas,
las palabras enredan, limitan… sin las palabras la mentira nunca habria nacido y nadie se preocuparia por la verdad…
Las palabras desdibujan lo que el silencio quiere decir…
El gesto animal quedó bajo una sombra de letras…y una frase pudo amordazar una mirada…
Tal vez no diga demasiado, solo hablo, cuanto mas hablo comprendo a los que callan.

De Paradojas...


Poblada de ausencia,
Oscurecida de luz,
Aturdida de silencio,
Hambrienta de saciedad,
Anestesiada de dolor,
Embriagada de lucidéz,
Somnolienta de vigilia,
Dopada de sobriedad,
Loca de cordura,
Engañada por la verdad,
Muerta de vida

                                                        Alma y Arma 2010

Perséfone...

Hace mas de un año, recibí un papelito rosado, con las delicadas letras de mi amiga Ayana, con un hermoso poema, que iba dedicado para mi...bajo ese nombre decifró mi laberinto y me colma de goce haber recibido tan hermosas palabras de esta gran poetiza, aun desconocida para casi todos...Este post es dedicado a mi querida Ayana, a quien admiro mucho...en esa hojita rosada, arrancada de algún diario decía:





Perséfone rié estrellas,

En sus manos todo es origen

El mundo es una esfera azul que la contempla

La música de la luna articula su signo,

La cifra de su código es Sophia,

El primer verbo es rojo en su boca

Y la palabra es luz en sus dedos.

Ella grita y libera la llave de la tormenta,

La rosa del silencio-latir perfuma sus alas

En sus huellas crecen mandrágoras de azucar,

Y por su símbolo-letra ella reina en la noche.



Ayana


Lean mas sobre esta talentosa niña, dueña de un mundo de metáforas en http://ladyayana.blogspot.com



TARDE (Julio Sosa)

En esta tarde triste de otoño, les dejo un tanguito del gran Julio Sosa...


De cada amor que tube tengo heridas,
heridas que no cierran ni sangran todavia,
error de haber querido ciegamente
matando inutilmente
las dichas de mis días

Tarde me di cuenta que al final
se vive igual mintiendo
tarde comprendi que mi ilusión
se marchito queriendo
pobre amor que está sufriendo
la amrgura más tenas

Y ahora que no es hora para nada
tu boca enamorada
me insita una vez más

Y aún que quiera quererte ya no puedo
porque dentro del alma tengo miedo
tengo miedo que se vuelva a repetir
la comedia que me a undido en el sufrir

Todo lo que di
todo lo perdi
siempre puse el alma entera
de cualquier manera
soportando a frenta
Y al final de cuentas
me quede sin fe

De cada amor que tube tengo heridas,
heridas que no cierran ni sangran todavía,
error de haber querido ciegamente
perdido en torrente de burlas y mentiras

Sigo en mi rodar sin esperar
y sin buscar amores
ya murio el amor porque el dolor
le marchito las flores

Y aún que llores y me implores
mi ilusión no ha de volver
no ves que ya la pobre está cansada,
vencida, destrozada
de tanto padecer

Y aún que quiera quererte ya no puedo
porque dentro del alma tengo miedo
tengo miedo que se vuelva a repetir
la comedia que me a undido en el sufrir

Todo lo que di
todo lo perdi
siempre puse el alma entera
de cualquier manera
soportando a frenta
Y al final de cuentas
me quede sin fe

El ombligo de los limbos (ANTONIN ARTAUD)

Allí donde otros exponen su obra yo sólo pretendo mostrar mi espíritu.
Vivir no es otra cosa que arder en preguntas. No concibo la obra al margen de la vida.
No amo en sí misma a la creación. Tampoco entiendo el espíritu en sí mismo. Cada una de mis obras, cada uno de los proyectos de mí mismo, cada uno de los brotes gélidos de mi vida interior expulsa sobre mí su baba.

Estoy en una carta escrita para dar a entender el estrujamiento íntimo de mi ser, tanto como estoy en un ensayo exterior a mí mismo y que se me presenta como una indiferente incubación de mi espíritu.

Sufro que el Espíritu no halle lugar en la vida y que la vida no se encuentre en el Espíritu, sufro del Espíritu-órgano, del Espíritu-traducción o del Espírítu-atemorizante-de-las-cosas para hacerlas ingresar en el Espíritu. Yo dejo este libro colgado de la vida, deseo que sea masticado por las cosas exteriores y en primer término por todos los estremecimientos acuciantes, todas las vacilaciones de mi yo por venir.
Todas estas páginas se arrastran en el espíritu como témpanos. Perdón por mi total libertad. Me niego a hacer diferencias entre cada minuto de mí mismo. No acepto el espíritu planeado.
Es preciso acabar con el Espíritu como con la literatura. Quiero decir que el Espíritu y la vida se encuentran en todos los grados. Yo quisiera hacer un libro que altere a los hombres, que sea como una puerta abierta que los lleve a un lugar al que nadie hubiera consentido en ir, una puerta simplemente ligada con la realidad.
Y esto no es el prefacio de un libro, como tampoco lo son los poemas que lo indican en la lista de todas las furias del malestar.
Esto no es más que un témpano atragantado. Una gran pasión razonadora y superpoblada arrastraba a mi yo como un puro abismo. Resoplaba un viento carnal y sonoro, y el azufre también era denso. Y pequeñas raíces diminutas llenaban ese viento como un enjambre de venas y su entrelazamiento fulguraba. El espacio sin forma penetrable era calculable y crujiente. Y el centro era un mosaico de trozos como una especie de rígido martillo cósmico, de una pesadez deformada y que sin parar cae como un muro en el espacio con un estruendo destilado. Y la cubierta algodonosa del estruendo tenia la opción obtusa y una viva mirada que lo penetraba. Sí, el espacio entregaba su puro algodón mental donde ningún pensamiento era todavía claro ni devolvía su descarga de objetos. Pero paulatinamente la masa dio vueltas como una náusea potente y fangosa, una especie de fuerte flujo de sangre vegetal y detonante. Y las ínfimas raíces trémulas en el filo de mi ojo mental se arrancaban de la masa erizada del viento a una velocidad vertiginosa. Y todo el espacio como un sexo saqueado por el vacío ardiente del cielo, se estremeció. Y algo como un pico de paloma real socavó la masa turbada de los estados, todo el pensamiento más hondo se diversificaba, se disipaba, se volvía claro y reducido. Entonces era preciso que una mano se transformara en el órgano mismo de la aprehensión. Y aún dos o tres veces giró la masa artificial y cada vez, mi ojo se enfocaba sobre un sitio más exacto. La oscuridad misma se hacía más densa y sin objeto. Todo el hielo ganaba la claridad.

Dios-el-perro contigo y su lengua
que atraviesa la costra como una saeta
del doble morrión abovedado
de la tierra que le causa ardor.

Y aquí está el triángulo de agua
que se aproxima con paso de chinche
pero que bajo la chinche ardiente
se transforma en cuchillada.

Bajo los senos de la espantosa tierra
dios-la-perra se ha marchado,
de los senos de la tierra y de agua congelada
que pudren los agujeros de su lengua.

Y aquí está la virgen-del-martillo
para masticar las cuevas de la tierra
donde la calavera del perro del cielo
siente crecer el horroroso nivel.

Doctor,
Hay un asunto sobre el cual hubiera querido insistir: es el de la relevancia de la cosa sobre la cual operan sus inyecciones; esta especie de languidecimiento esencial de mi ser, esta disminución de mi estiaje mental, que no quiere decir, como podría creerse, un rebajamiento cualquiera de mi moralidad (de mi alma moral) o ni siquiera de mi inteligencia, sino más bien de mi intelectualidad servible, de mis recursos razonantes, y que se relaciona más con el sentimiento que tengo yo mismo de mí mismo yo, que con lo que pongo de manifiesto a los demás de él. Esta vitrificación sorda y polimorfa del pensamiento que en cierto momento elige su forma. Hay una vitrificación inmediata y llana del yo en el centro de todas las posibles formas, de todos los modos posibles del pensamiento. Y, señor Doctor, ahora que usted está bien enterado de lo que puede ser alcanzado en mí (y curado por las drogas), de la zona de conflicto de mi vida, espero que sabrá suministrarme la cantidad suficiente de líquidos sutiles, de reactores especiosos, de morfina mental, capaces de sobreponer mi abatimiento, de enderezar lo que cae, de juntar lo que está separado, de reparar lo que está destruido.
Le saluda mi pensamiento



De "L'Ombilic des limbes"