siempre omitirá lo que el silencio le dice,
ya no respirará deseos amordazados
allí donde emergen las sirenas del abismo.
Escamas de vidrio, cabellos de sangre;
encontrará candor en los escalofríos
(si lograra su daga herir al hastío)
¡No más corazas en un cielo libertino!
Dejará la cordura olvidada en un rincón
Felíz destino le depara un rumbo incierto
Abandonar olas de fuego, sembrar vacíos
El sol derrite jaulas de cantos eternos...
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